La respiración durante el parto parece ser una de esas grandes cosas que hay que aprender. Aprender. Y es que parece que tenemos que aprender a parir, aprender cómo hacerlo, y por supuesto aprender a respirar «bien» y con esa técnica específica que tan necesaria es para parir.
Es agotador ver cómo se sigue haciéndo creer a las mujeres que no saben parir, salvo que lo aprendan en determinadas preparaciones al parto.
El poder de parir está dentro de tí, mujer, tú sabes parir. Aunque ahora mismo creas que no. Tú sabes parir y tu bebé saber nacer. Punto. No hay más.
Pero, hablaré más sobre esto, otro día, ya que hoy a lo que vengo es a hablar sobre la respiración. Si piensas en la respiración en el parto, ¿qué imagen viene a tu cabeza? A mí, la de la típica peli en la que una pareja acude a esas clases y les enseñan a respirar… así como haciendo una «o» con la boca, y soltando el aire como en cortas dósis.
Y sin embargo, si quiero que quede claro, que la respiración es realmente potente y tu mejor aliada durante el parto y el nacimiento de tu bebé. Hace una gran diferencia.
Pero, cuando se habla de la respiración de la forma que mencionaba en el parrafo anterior, además de no ser muy útil… se convierte en una tarea más, una carga, algo que la mujer tiene que aprender. Y el darle a la mujer algo que aprender, acaba convirtiendo el proceso de confiar en pura contradicción, ¿no te parece?
La respiración que ayuda durante el parto, es simple y llanamente una respiración diafragmática. Esa respiración lenta y profunda en la que llenamos nuestros pulmones y llevamos el aire hasta el abdomen. La misma respiración que utilizamos cuando queremos soltar tensión y relajarnos. No hay respiraciones específicas para el parto, por mucho que te cuenten lo contrario.
No tienes nada que aprender. Simplemente practicar. Eso sí, porque en la sociedad actual en la que vivimos, a menudo las prisas y el ajetreo, nos llevan a hacer respiraciones más superficiales. Practica, pon el foco, centra tu atención en tu respiración. No sólo practicarás para que durante el parto y nacimiento, esta forma de respirar te resulte natural y fluida, sino que además, la práctica te llevará a un estado de calma y conexión en tu día a día. Win-win.
Abajo de te dejo un vídeo que te puede ayudar en tu práctica esas primeras veces. Pero como te decía, nada nuevo bajo el sol, y no se trata de la técnica nosequé para parir. Respiración lenta y profunda, haciendo la exhalación más larga. Recomendación extra: la exhalación hazla por la boca, mandíbula abierta (mandíbula y pelvis están conectadas, mandíbula relajada = pelvis relajada)
Practica y disfruta.